Nuestro mundo está viviendo tiempos de cambios profundos, derivados de la crisis sanitaria del 2020 y la inestabilidad geopolítica con el conflicto en Ucrania en el 22, lo que ha conducido a una alta volatilidad económica con una fuerte repercusión en el ámbito energético.

En este entorno, nuestra industria demostró ser clave tanto en el desarrollo económico y social del país como en cuanto a garantía de suministro, gracias a la configuración y flexibilidad de nuestro sistema de refino y red de distribución (aspectos reconocidos por el Gobierno de España en el Plan +Seguridad Energética).

Mirando al futuro, el Acuerdo de París y los objetivos 2050 de reducción de emisiones, especialmente de CO₂, siguen plenamente vigentes y su cumplimiento es vital para nuestro sector. Así quedó plasmado en nuestra Estrategia para la Evolución hacia los Ecocombustibles, desde la que tratamos de fomentar, desde la neutralidad tecnológica, una transición energética justa y con un impacto positivo en nuestra sociedad para alcanzar los objetivos de neutralidad de emisiones en 2050.

Estamos convencidos de que España tendrá un papel destacado en el futuro energético de Europa y que será líder reconocida por su industria innovadora, eficiente, sostenible y comprometida.

En ese horizonte se abren diferentes rutas tecnológicas que conllevaran la sustitución del petróleo por materias primas renovables como distintos tipos de residuos, el CO2 capturado o el hidrógeno verde. Este camino exige un ambicioso programa de inversiones para reducir las emisiones no solo de nuestros productos, sino también de nuestros procesos de producción. El fomento de la economía circular y la innovación serán palancas clave para conseguir los objetivos. El reto es enorme y por ello debe estar amparado por una regulación que suponga un marco estable y predecible, que fomente la neutralidad tecnológica y que incentive la inversión.

Pero este reto no lo podemos hacer solos desde AOP. Por eso formamos parte de la Plataforma para la Promoción de los Ecocombustibles, en la que sectores muy distintos hemos unido fuerzas para que la transición energética no solo vele por la sostenibilidad –que es fundamental–, sino también por la seguridad energética y la accesibilidad a la energía.

Como presidente de AOP, continuando el trabajo de mi predecesor, Juan Antonio Carrillo de Albornoz, a quien quiero agradecer su esfuerzo y dedicación, aspiro a que este sector siga siendo un activo estratégico para la sociedad, en términos de innovación, desarrollo industrial, económico y de empleo. Y, por supuesto, a que seamos una solución para que las emisiones netas de CO₂ queden reducidas a cero y conseguir una transición energética justa y con impacto positivo en nuestra sociedad. Es un compromiso de AOP y de todas las compañías que la integran.

 

Luis Travesedo Loring