Hay pocas materias primas tan versátiles y necesarias para el funcionamiento de nuestra sociedad cómo el petróleo. Además de los combustibles líquidos (gasolina, gasóil, fuelóil) necesarios para la movilidad de personas y mercancías, el petróleo nos proporciona agua caliente, calefacción y electricidad. Y está presente también en muchos productos de nuestra vida cotidiana: envases plásticos, productos sanitarios, tintes, jabones, gafas, zapatos, componentes electrónicos… 

Sus múltiples aplicaciones son resultado de un enorme esfuerzo de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i). no solo por parte de la industria petrolífera y el sector del refino y la distribución, sino también desde el sector químico, incluida la  industria farmacéutica, el tecnológico y el energético.

En las últimas décadas, el sector ha hecho un enorme esfuerzo transformador -que continúa en marcha- para adaptar la industria petrolífera a los retos medioambientales. Se trata de hacer compatible el desarrollo económico con la lucha contra el cambio climático, de proporcionar los productos que las personas y los demás sectores industriales necesitan de una forma respetuosa con el entorno.

Productos en los que intervienen derivados del petróleo

A través de la industria petroquímica o mediante producción directa en refinerías, los derivados del petróleo nos garantizan confort, seguridad y asequibilidad para infinidad de productos. Esta es una lista, no exhaustiva, de algunas aplicaciones de esta materia prima.

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